Daniel Chávez Morán, el fundador de Grupo Vidanta y “supervisor honorario” del Tren Maya, negó que la empresa que creó en 1974 tenga relación comercial de algún tipo con “cualquier nivel de gobierno o funcionarios públicos”, y desmintió que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador le haya concesionado una playa para sus servicios hoteleros, afirmó que todas las concesiones de playa y uso en sus resorts turísticos fueron obtenidas en sexenios anteriores, las cuales se han ido actualizando y renovando.
El empresario abundó que la única excepción es un título de concesión de una asignación para escurrimientos por una superficie de 11,663.74 m2 recibida el 19 de abril de 2021.
En un desplegado que emitió ayer y difundió hoy en medios nacionales, el empresario negó todos los elementos que se han ventilado en la prensa en días recientes –principalmente por Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI)–, después que José Ramón López Beltrán, el hijo del presidente, informó que trabaja en Houston para una empresa dirigida por el hijo de Chávez Morán.
Aclaró que como Supervisor Honorario de Avance de el Tren Maya no tiene relación de ningún tipo con temas de proyecto, trazo, o administración y que su labor consiste únicamente en realizar una revisión y medición fidedigna de los avances de obra, sin tener relación comercial o de trabajo con el gobierno.
“Mi función como Supervisor Honorario de Avance de el Tren Maya no tiene relación de ningún tipo con temas de proyecto, trazo, o administración. Mi labor consiste únicamente en tener una revisión y medición fidedigna de los avances de obra. Grupo Vidanta, mi familia y yo; no tenemos relación comercial o de trabajo de ningún tipo con cualquier nivel de gobierno o funcionarios públicos”, precisó Chávez Morán en un comunicado de prensa.
Rechazó, por ejemplo, que su empresa tenga la intención de invertir en las Islas Marías –dado que el gobierno no permitirá la construcción de hoteles en la antigua isla penitenciaria–, y que tenga planeado abrir una ruta hacia ahí con su rama de cruceros.
Reconoció que Vidanta donó un terreno de 2 mil hectáreas en Sonora a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para la construcción de un parque solar –pero precisó que su empresa no participará en ese proyecto–, y que su fundación compró 400 mil cachitos de la llamada rifa del avión presidencial, que donó a “escuelas de zonas marginadas”, ocho de las cuales obtuvieron boletos ganadores.
“Dejo a salvo nuestro derecho de denunciar por la vía legal a aquellas personas cuyas falsas suposiciones o mentiras causen un daño moral o económico a nuestras personas o empresas”, precisó el empresario en una “nota” incluida al pie de su aclaración.