De continuar con la tala y contaminación de las cuencas que confluyen en la bahía, los ríos de Puerto Vallarta corren el riesgo de secarse o generar afectaciones entre la población, tal como ya ha sucedido en año pasados.
El doctor José Antonio Gómez Reyna, investigador del Centro de Estudios Estratégico para el Desarrollo de la Universidad de Guadalajara (UdeG) destacó que esta problemática se presente desde la zona alta de las cuencas, donde nacen.
El investigador ejemplificó la correspondiente al río Ameca, la cual nace en el Bosque de la Primavera, muy cercana al Área Metropolitana de Guadalajara (AMG), zona donde en la actualidad existe derrame de hidrocarburos.
Pero también existe la problemática de tala inmoderada en la zona boscosa de Mascota, Talpa de Allende y Tomatlán, donde nacen ríos como el Macota, que posteriormente se une al Ameca o el Pitillal y Cuale, en donde se han registrado en los últimos años desbordamientos a causa de la tala.
Sin embargo, al cortar de manera indiscriminada, añade el investigador, “se corre el riesgo de que con las lluvias se tengan las avenidas de agua a gran velocidad” y eso afecte a la población, tal como sucedió el año pasado con el paso del huracán Nora, que dejó el fallecimiento de una persona y la pérdida de otra; causó estragos y generó pérdidas por arriba de los 200 millones de pesos.
Pero cuando no hay lluvias, añadió el investigador, al no existe cobertura vegetal que retenga el agua, se corre el riesgo que en la temporada de estiaje no existen escurrimientos y los ríos se sequen.
El investigador destacó que la falta de lluvia y la capacidad de las cuencas para retenerla, aunado al crecimiento poblacional y la demanda del vital líquido, pone en riesgo el abasto, “pues la zona en la que hay unos 500 mil habitantes y a donde acuden otros 3 o 4 millones de turistas más, exige una gran demanda”, por lo que se corre el riesgo el abasto, añadió.