“La comitiva se trasladó en autobuses a El Pitillal, una de las colonias más populosas de Puerto Vallarta, donde centenares de niños que portaban banderas de México y de Gran Bretaña salieron al paso haciendo vallas en las calles para saludar a la Reina Isabel II”, dice el inicio de la nota publicada en EL INFORMADOR el 21 de febrero de 1983, cuando vino la reina a Jalisco.

La Reina Isabel II, quien falleció este jueves, fue recibida en aquel año por el alcalde Jorge Leobardo Lepe García, el gobernador Flavio Romero Velasco y el presidente de la República, Miguel de la Madrid, quienes le dieron las llaves de la ciudad.

«Fue una recepción sencilla, pero emotiva en la que millones de vallartenses, entre ellos muchos turistas extranjeros tributaron a su Majestad al arribar en la lancha real después de descender del yate «Britannia» en la Bahía de Banderas».

En esa cita que tuvo con los mexicanos, lo primero que hizo fue acudir a dos centros asistenciales en el puerto jalisciense.

Inmediatamente después acudió a una comida con el Presidente de la República, Miguel de la Madrid y su esposa Paloma Cordero, donde también estuvo presente el gobernador electo Enrique Álvarez del Castillo, señala la publicación impresa del día siguiente a su visita.

«Los mexicanos estamos muy impresionados con la simpatía y categoría de la Reina Isabel II y el príncipe Felipe. Son personas muy agradables, muy positivas. Estamos muy satisfechos con su visita», dijo el entonces presidente.

Los jaliscienses no sabían que la Reina II los saludaría desde el balcón Central del Palacio municipal de Puerto Vallarta, donde, acompañada por el príncipe Felipe, le sonrió a la multitud que la veía desde la Plaza de Armas.

Huésped de Honor

Durante una sesión del Cabildo de Puerto Vallarta que hubo ese día más tarde, la Reina fue declarada Huésped de Honor de la Ciudad, y en el acto el entonces presidente municipal, Jorge Lepe García, le entregó las llaves de la misma, señalando: “El ideal de hombres y mujeres de Vallarta es contribuir a formar un mundo mejor sin diferencias nacidas de prejuicios o de situaciones baladíes”.

Ofrece cena en un yate

«Espléndido e iluminado, un palacio flotante con el estandarte real y la enseña patria ondeando en su mástil mayor», así era el yate «Britannia», en el que la Reina ofreció una cena con el otrora presidente Miguel de la Madrid y su esposa.

El yate, que navegó los siete mares y recibió estadistas de cinco continentes, fue el escenario del brindis bajo una noche de estrellas que enmarcó la partida de la reina del puerto jalisciense.

«El muelle bellísimo al caer la noche, con marinos mexicanos, de albos uniformes, haciendo guardia. El yate, con la bandera de México que fue izada junto al estandarte real en el palo mayor del ‘Britannia’”, ese fue el ambiente que se respiró aquel día, según la edición impresa del 21 de febrero de 1983.

Ya en la cena, la reina y el presidente brindaron al final y pasaron al salón de recepciones del yate, donde Isabel II se dio tiempo de saludar a otros distinguidos mexicanos.

Con honores, y tras entonar los himnos mexicano e inglés, 21 cañonazos de salva disparados al cielo le dijeron adiós a la monarca que antes de la media noche dejó en su barco el muelle y la bahía de Puerto Vallarta.

En esa fecha también fue a conocer Acapulco, Guerrero; Lázaro Cárdenas, Michoacán y La Paz, Baja California Sur. Esa fue una de sus dos visitas a México que hizo durante los 70 años que estuvo en el trono británico.

La otra visita

Su primera visita fue ocho años antes, el 24 de febrero de 1975, Día de la Bandera en México, cuando permaneció seis días en territorio mexicano y acudió a Quintana Roo, Yucatán, Guanajuato, Ciudad de México y Veracruz, junto con su esposo Felipe de Edimburgo.

Se hospedaron en el hotel Camino Real. Recorrieron en Guanajuato el monumento al Pípila y algunas de las minas más famosas como La Valenciana, el Teatro Juárez, el edificio de la Universidad de Guanajuato (UG), la Alhóndiga de Granaditas y el mercado local de Guanajuato.

También conocieron Oaxaca, donde acudieron al palacio de la artesanías, a la celebración nocturna de la Guelaguetza y a la zona arqueológica de Monte Albán.

FRASE

 “Los mexicanos son alegres”. “Me di cuenta por la forma festiva en que actuaban”.

Reina Isabel II, 24 de febrero 1983.