En la antesala de las elecciones, el debate local organizado por TV Mar pretendía ser una vitrina donde los candidatos mostrarían sus ideas como productos frescos. En cambio, lo que los espectadores encontraron fue un verdadero mercado, donde la publicidad y los anuncios comerciales reemplazaron a las propuestas, transformando a los aspirantes en meros vendedores relegados al fondo del mostrador.

La Publicidad que Silenció las Propuestas

Luis Munguía (del Verde), Luz Amparo Delgado (de Hagamos), Saúl Alonso Camacho (del PT), y Margarita Quintero (del Frente y Corazón por México) intentaron capturar la atención de los electores con sus propuestas. Pero, al igual que en un mercado ruidoso, los slogans de camarones, seguros, sushi, terrenos y birotes ahogaron cualquier mensaje que pretendiera llegar a los votantes. Las herramientas visuales de los candidatos quedaron opacadas en un maremágnum de promociones invasivas, relegando las ideas a un segundo plano.

Ataques Obsesivos y Críticas por Doquier

Entre las voces que se esforzaban por ser escuchadas, resonaron los ecos de la crítica obsesiva de Luis Munguía hacia los Michel. El tono de sus ataques se tornó tan agudo que parecía más una táctica de distracción que una estrategia de propuesta. Por otro lado, Saúl Alonso Camacho, del PT, lanzó su propio ataque hacia Munguía, señalando sus ausencias como el diputado y regidor más faltista. Estos intercambios, sin embargo, también fueron absorbidos por el bullicio publicitario, dejando a los espectadores con más preguntas que respuestas.

La Ausencia de una Autoridad Electoral Fuerte

En un espacio que debería ser un escaparate para el intercambio de ideas, faltó una autoridad electoral que regulara el flujo de mensajes. La organización y el formato quedaron a merced de intereses comerciales, lo que generó un espectáculo que restó legitimidad al proceso democrático. Aquellos que se ausentaron, quizás preveían que este mercado no era el lugar adecuado para una discusión seria sobre el futuro de Puerto Vallarta.

Un Mercado sin Valor Político

Cuando el debate electoral se convierte en un mercado, la información pierde valor y el público, en lugar de encontrar claridad, se confunde entre productos y mensajes. Los vallartenses merecen un espacio donde las propuestas se negocien con honestidad y no como meros artículos secundarios en medio de una feria comercial. Dejemos que la próxima conversación sea un verdadero intercambio de ideas, donde las críticas se enfoquen en propuestas, y las propuestas sean escuchadas en un foro limpio de ruido publicitario.