Aunque recientemente se registró una interacción entre un cocodrilo silvestre y un par de turistas en Puerto Vallarta, de la que ambos resultaron lesionados por mordidas, este tipo de incidentes son la excepción y altamente evitables.

Esta especie de reptil habita de manera natural en algunos ecosistemas acuáticos de la Bahía de Banderas, principalmente en ríos como el Ameca y en esteros donde pasan la mayoría del tiempo, aunque también utilizan las playas para movilizarse.

Aún así, especialistas coinciden en que es posible reducir al máximo la probabilidad de tener un accidente en este destino turístico.

Debido a que sus hábitos alimenticios son nocturnos, la primera recomendación de expertos en conservación de fauna silvestre radicados en Puerto Vallarta es evitar ingresar a cuerpos de agua en la noche, máxime si se trata de ríos o esteros, que además tienen señalética de alertamiento.

Esta primera recomendación de seguridad fue ignorada por los turistas estadounidenses que el pasado 19 de julio por la madrugada ingresaron a la playa Boca Negra, con señalética preventiva, y resultaron mordidos en un acto de defensa del ejemplar.

«Recordemos que todas las mordidas han sido a modo de defensa, al estar nadando quizás tocaron al cocodrilo con el pie o pierna y reaccionó, no fue una acción de caza. Los cocodrilos están bajo protección especial y deben de cuidarse», planteó Armando Rubio, especialista y educador ambiental.