La Secretaría de Cultura (SC) de Jalisco participa en la Macro Ofrenda del Zócalo de la Ciudad de México con motivo del Día de Muertos, con un altar inspirado en la tradición nahua del municipio de Tuxpan, y que forma parte de una gran exposición de todas las entidades de la República, sobre cómo viven esta fecha desde la cosmovisión los pueblos indígenas, pero en esencia mezcla la fe cristiana y la tradición indígena para forjar un sincretismo que permanece vigente hoy en día; este altar estará en exhibición hasta este 3 de noviembre próximo en la capital del país.
Ahora, la celebración de Día de Muertos en Tuxpan, Jalisco, inicia desde el 28 septiembre con la ceremonia del tradicional “Enroso”, que es un agradecimiento por las buenas cosechas y una petición a Dios para que otorgue el permiso a los fieles difuntos de llegar con sus familias. La ofrenda realizada en el Zócalo resalta elementos de la cosmovisión nahua y emplea artesanías populares de la región como el pan tradicional de corono, mono y mojicón. También la alfarería está presente con platos coaxaleros, velas de cera escamada, platillos típicos como la coaxala y los enrosos, que son unos collares o lazos armado con hilo y elementos naturales que forman cuentas (los hay de dos tipos, el primero de flores de cempasúchil y el segundo, con flor de cabeza negra, típica de la región).
Todo el papel picado fue elaborado por Eduardo Ramírez, de San Martín de Hidalgo, las flores de cempasúchil y arreglos florales fueron realizados con hoja de tamal en el taller artesanal por Luis Fernando González en San Cristóbal Zapotitlán, Jocotepec. Los cirios se llevaron de los talleres de Jesús María y las vajillas de barro canelo de los talleres de Tonalá. Además, el equipo de la SC trabajó junto con artesanas y artesanos de otros municipios que con distintas piezas que también tuvieron presencia en el altar, dedicado al fotógrafo jalisciense fallecido en 2021, José Hernandez Claire. Paralelamente, en el Centro Nacional de las Artes (Cenart), el equipo de Fomento a la Lectura instaló un ‘Tendido de Angelitos’, inspirado en los rituales fúnebres para los angelitos de los Altos de Jalisco dentro del XXII Festival de Calaveritas del Programa Alas y Raíces.
Se trata de una expresión religiosa de mucho arraigo en Jalisco que tuvo presencia hasta finales del siglo XX, principalmente en ámbitos rurales. Al morir un infante, se reconocía su estado de gracia y se preparaba para su viaje al cielo, donde gozaría de la gloria concedida por Dios. Esta ofrenda también hace homenaje a otras diversas manifestaciones del patrimonio cultural jalisciense, como las velas de cera escamada elaboradas por el maestro Juan Manuel Águila de Lagos de Moreno, textiles del maestro Armando Vázquez de Tepatitlán, cirios de la familia Orozco de Jesús María, carpetas y manteles de gancho de Jesús María, “composturas” colgantes inspiradas en las calles de Atotonilco El Alto y las fotografías de angelitos realizadas por el fotógrafo Pablo Ibarra, de Arandas, entre 1930 y 1950.
Pueden asimismo visitarse en Guadalajara los altares montados en el Edificio Arroniz (Zaragoza 224, centro histórico); en el Ex Convento del Carmen (Juárez 638, centro histórico); el Centro Cultural Patio de los Ángeles (Cuitláhuac 305, Analco), y el Centro Interpretativo Guachimontones ‘Phil Weigand’ (Calle Benito Juárez Norte, Teuchitlán). Todos se exhiben hasta el 3 de noviembre.