
Por Alan Yamil Hinojosa
Previo al periodo de Semana Santa y pascua apareció un nuevo centro de entretenimiento sobre el libramiento Luis Donaldo Colosio entre el túnel chico y el tunel grande en la colonia Benito Juárez popularmente llamada El Remance. Ahí junto al río Cuale.
Es la única tienda de cadena que se encuentra en este tramo y una de las más visitadas.
Año con año, las llamadas “activaciones” que hacen las empresas para promover sus productos, se incrementan en nuestra ciudad y sin duda algunas empresas, aprovechan periodos de alta afluencia atrayéndolos con música muy alta (de todos los géneros), focos multicolores prendidos durante la noche y promociones de cerveza que nadie desdeña.
El kiosko es solo el nombre de la marca pero en realidad la mayoría de ellos operan en la práctica como depósitos de cerveza, los mismos empleados informan que cerca del 80 por ciento de sus ventas regulares son de cerveza, triplicándose o cuadriplicándose en algunos casos de acuerdo a la ubicación de la tienda en el periodo vacacional de Semana Santa . Por ende entonces es más bien un depo con opciones de llevar algo de despensa, hacer depósitos bancarios y comprar tiempo aire.
El Kiosko que tengo enfrente de mi casa es de los que más vende cerveza pues geográficamente tiene muchas ventajas competitivas comercialmente hablando. Antes, hasta el 2022, o 23; tteníamos venta de cervezas y camionetas buchonas en el estacionamiento hasta muy entrada la madrugada. Eso provocaba que fácilmente la gente orinara en las calles, era común encontrar vómitos en las escaleras, faltas de respeto, basura por las calles y hasta conflictos y agresiones físicas precisamente por la venta de alcohol las 24 horas.
Una de las muy poquitas cosas que hizo bien la administración anterior fue justo regular el horario de venta de cerveza en este tipo de tiendas.
Entiendo que en estos periodos las marcas implementan sus activaciones y que todos vendamos mucho, lo deseo. Sin embargo prácticas cómo está que terminan afectando a los vecinos y que al parecer durará las próximas dos semanas, no se socializan con los vecinos que estamos todos los días escuchando su música fuera de los decibeles permitidos con un horario estimado de cuatro de la tarde a diez de la noche y soportando sus luces neón toda la noche.
Ya no hablamos del “botanero” en el que se convierte literalmente el estacionamiento de la tienda y la banqueta de enfrente. Todas las casas que vivimos enfrente y alrededor hemos sido testigos de como nuestras banquetas se han convertido en pequeños no solo en baños públicos, cantina pública, escenas de amor y desamor y hasta escenas con pistola en mano y todo. Centros de consumo no solo de alcohol si no de muchas otras cositas que se venden todos los días en “los puntos” que tenemos muy cerca y que usted puede encontrar en la esquina de su casa.
Y al tocar este tema no hablo de las adiciones y las prácticas de cada quien, ni de sus “empresas”. No las critico, siempre que haya un consumidor habrá un proveedor para todo.
Hablo de la falta de vigilancia y regulación del espacio público de forma incluyente y respetando sus propios reglamentos para un cordial vivir. Hablo de la falta de socialización en este y en muchos proyectos en donde la participación ciudadana y sus decisiones sean los que definan la toma de decisiones en una comunidad como un sistema de gobernanza.
Qué los permisos que se les otorguen a las empresas sean verdaderamente socializados con sus centros de desarrollo y comunidad. Que la participación ciudadana participativa sea la que defina la forma como quiere vivir. Que deje de haber privilegios para quien por debajo del agua se beneficia otorgando permisos y licencias que permiten la operatividad fuera de la ley y la corrupción.
Vamos a ver el comportamiento del nuevo bule del barrio. Por lo pronto las próximas dos semanas estaremos soportando esta dinámica.