Por Lulú Mendoza
Mis queridos vallartenses, hoy toca hurgar en las profundidades de nuestra política local con una lupa y mucho sarcasmo.
Empecemos con nuestra estrella de Morena, Chuyita López. Su perfil personal inmaculado brilla en el firmamento político como una promesa de triunfo y continuidad.
Sin embargo, ¿podrá su aura de compromiso superar las críticas de aquellos que han saltado del barco morenista? La lealtad y la política, aquí en Vallarta, a veces se mezclan como aceite y agua.
Por otro lado, el eterno nómada de la política vallartense, Luis Munguía del Verde. Atrás quedaron los días de MC y Morena, ahora se viste de verde, pero ¿puede una chaqueta cambiar la naturaleza del animal? Acusaciones serias pesan sobre él, pero parece que los escándalos resbalan como agua en pato. ¿Será suficiente para convencer a los vallartenses cansados de los mismos viejos trucos?
En cuanto a Movimiento Ciudadano, tenemos a Ramón Guerrero, alias «el Mochilas». Después de una serie de descalabros, incluyendo denuncias penales y la trágica pérdida de Susana Rodríguez, ¿podrá sacudirse el polvo y volver al ruedo, o será este el último tango para el Mochilas en la política de Vallarta?
No olvidemos al PT, que juega un papel secundario en esta obra, más centrado en mantenerse en la escena que en tomar el protagonismo. Hagamos parece contentarse con ser el apoyo del Verde, mientras Futuro, en una jugada sorprendente, parece cargar las bolsas de Morena. ¿Será este un giro de guion o una estrategia condenada al fracaso?
Queridos lectores, la política en Vallarta es un espectáculo, un drama donde cada acto revela una nueva sorpresa. Permanezcan atentos, porque esta carrera electoral promete más giros que una montaña rusa. ¿Quién tomará la delantera y quién quedará en el camino? En Vallarta, hasta la última vuelta cuenta.