Por Lulú Mendonza
Vallartenses, agarren sus sombreros porque el mundo político acaba de darnos un giro de telenovela. Teresita Marmolejo, la malograda candidata de la coalición PAN-PRI-PRD, acaba de ser bajada del carro electoral. Y no por una campaña sucia o un escándalo, sino por algo tan mundano como no cumplir con los trámites. ¡Quién lo diría!
Esta situación es más rara que un día sin sol en Vallarta. Deja a la coalición bailando sola en la pista, y claro, levanta sospechas. ¿Será que Teresita siempre le echaba ojitos a su ex, el Verde? ¿O fue una jugada maestra de Luis Munguía para debilitar a sus oponentes? Las teorías abundan más que turistas en Semana Santa.
Lo cierto es que este revés demuestra una lección dura pero importante: en la política no solo se necesita carisma y buenas intenciones, sino también la habilidad de cruzar las t’s y poner los puntos sobre las íes. La preparación y experiencia no son un lujo, sino una necesidad.
Ahora, la coalición se encuentra en una encrucijada. ¿Podrán encontrar la unidad y fuerza para empujar sus candidaturas presidencial y a diputado federal? Y qué pasará con la diputación local, con una candidata que apoya a Teresita. El ajedrez político está en pleno juego, y cada movimiento cuenta.
No sería raro ver a Teresita sumándose a su viejo amor, el Verde, siguiendo las indicaciones de Munguía. En política, como en el amor, a veces el ex vuelve. Y en Vallarta, eso puede cambiar todo el juego.
Así que, queridos lectores, mantengan los ojos abiertos, porque esta carrera política acaba de subir de nivel. Con Teresita fuera de la jugada, el tablero de Vallarta está más caliente que nunca. ¡Preparen sus apuestas, porque esto se va a poner bueno!