El turismo sexual infantil en Puerto Vallarta se ha convertido en una grave problemática que demanda atención inmediata.

Aunque es importante reconocer la realidad nacional y la impunidad que rodea este delito, en este artículo nos enfocamos en los casos y cifras específicos de Puerto Vallarta, así como en los casos mediáticos e indignantes que han sacudido a la comunidad.

También abordaremos la omisión de las autoridades, las acciones emprendidas por el gobierno y la sociedad civil, y el famoso caso de Thomas White, que ha dejado una huella imborrable en nuestra ciudad.

La realidad del turismo sexual infantil en México

Antes de adentrarnos en la situación de Puerto Vallarta, es fundamental comprender la realidad nacional del turismo sexual infantil en México.

Según informes del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna) y la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), se estima que existen alrededor de 20 mil víctimas de prostitución infantil en el país.

Un informe de Redim estima que un 36% de los clientes vienen de Estados Unidos y Canadá, aunque otros ciudadanos que vienen a buscar sexo con menores de edad provienen de Inglaterra, Holanda y Alemania.

Además, la impunidad en los casos de abuso sexual y trata de personas es alarmante, con un bajo porcentaje de sentencias condenatorias. Según la CEAV (Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas) en promedio, de cada cien casos de agresiones sexuales que se cometen en el país sólo seis son denunciadas y de estas solo un tercio llegan a ser consignadas con un juez.

La misma Red por los Derechos de la Infancia en México indicó que de cada 100 carpetas de investigación donde los menores son víctimas, sólo una alcanza sentencia condenatoria. Con la trata de personas esas cifras son aún peores, de 3 mil investigaciones realizadas en la última década, solo contabilizaron 45 sentencias.

La problemática en Puerto Vallarta: casos y cifras

En Puerto Vallarta, la explotación sexual infantil ha aumentado de manera preocupante. Según el Observatorio Integral de la Región Turística Puerto Vallarta-Bahía de Banderas (OIT), los casos de prostitución infantil y corrupción de menores pasaron de 157 en 2019 a 188 en 2021.

Esto representa un siete por ciento de las víctimas de abuso sexual infantil en el estado de Jalisco. Estas cifras son alarmantes y exigen una acción decidida por parte de las autoridades y la sociedad.

Sandra Zepeda, responsable de Investigación Social del OIT, señaló que lo grave es que a comparación de otros destinos de playa, esta zona metropolitana encabeza las listas de violencia sexual infantil. Agregó que al comparar las cifras de 2021, Puerto Vallarta registraba 314 casos, Bahía de Banderas 88, Acapulco 72 y Playa del Carmen 106.

En 2012, se realizó una encuesta con mil personas a la población, sobre todo en la zona turística aunque con la participación de vallartanses, quienes en un 97% dijeron saber qué es la trata de personas. El 64% dijo que éste es un delito que no está sancionado en Jalisco y el 90% señaló que las víctimas son principalmente niños.

La Aurora, la playa Los Muertos y el Malecón fueron lugares identificados como zonas donde se encuentra este problema, además de los “tables dance”, casas de citas y masajes.

Y es que, según el Diagnóstico Nacional sobre la Trata de Personas en México desde 2014 señala a Puerto Vallarta como polo de atracción de trata de personas con fines de explotación sexual y en donde han sido denunciadas redes de explotación sexual infantil, pornografía infantil y turismo sexual.

El caso de Thomas White

Todo el brillo de Puerto Vallarta se vio opacado algunos años por la oscuridad de una de las historias más ignominiosas ocurridas en el Estado. Su protagonista: Thomas Frank White.

El estadounidense llegó a Puerto Vallarta en 1997 para invertir en la industria hotelera. Era de su propiedad «Casa Iguana», que posteriormente cambiaría su nombre a Hotel Iguana.

Asimismo, «El Gringo Tom» puso un albergue -bajo el cobijo de la asociación civil Los Niños de Vallarta- para presuntamente ayudar a los menores de edad con problemas de adicciones o en situación de calle, pero pronto comenzaron a circular rumores de asuntos turbios alrededor de White.

Desde 1999 empezaron las primeras acusaciones en su contra. Se decía que se aprovechaba de los menores, los drogaba y pagaba por favores sexuales. Todo esto en la finca conocida posteriormente como «La Casa Blanca».

María Nicolasa García Reynoso, comisionada del Frente Mexicano Pro Derechos Humanos, presentó una denuncia por corrupción de menores y violación, basándose en el testimonio de varios muchachos de entre 10 y 14 años.

El Juez Primero de lo Penal dictó orden de aprehensión contra el estadounidense el 27 de febrero de 2001. Nadie sabe cómo se enteró White de ello, pero éste emprendió la fuga de inmediato.

Fue hasta 2007 cuando se le sentenció a 7 años 7 meses de prisión por violación de un menor en Puerto Vallarta, pero mantenía más casos pendientes en otros juzgados.

Finalmente «El Gringo Tom» falleció a los 78 años en un hospital en 2013. Aunque seguía bajo la custodia del sistema penitenciario de Jalisco, se permitió que lo atendieran en un nosocomio privado. dado que presentaba un cuadro múltiple de enfermedades y en la prisión no podían atenderlo.

Casos mediáticos e indignantes

En Puerto Vallarta, se han presentado casos mediáticos e indignantes que han dejado al descubierto la gravedad de la situación.

En agosto de 2009, el propietario de un hotel, ubicado en la colonia Emiliano Zapata, y una mujer que operaban en complicidad para ofrecer a menores de edad con fines sexuales, fueron detenidos por la Delegación de la Procuraduría de Justicia del Estado, acusados por los delitos de lenocinio y prostitución infantil.

En febrero de 2012, luego de esconderse de la justicia alrededor de tres años, una mujer fue aprehendida por agentes de la Policía Investigadora, quienes cumplimentaron una orden de aprehensión en su contra, por su probable responsabilidad en los delitos de prostitución infantil y corrupción de menores. Durante el año 2009, Eva Rodríguez Díaz, ofrecía y facilitaba a una menor de 8 años de edad, a diferentes hombres para que sostuvieran relaciones sexuales con ella, a cambio de una retribución económica.

En julio de 2018, 28 menores de edad fueron liberadas y se detuvieron a cinco personas -entre ellas varios taxistas- al desmantelar una red de trata. Según testimonios, las menores fueron capturadas por hasta dos semanas y llevadas a algún lugar del puerto sin su consentimiento donde fueron drogadas para prostituirlas. Entre menos experiencia sexual tenían, mayor era el cobro por cada encuentro sexual.

En 2022, en un operativo de la Fiscalía del Estado de Jalisco, se detuvo al director del Refugio Infantil Santa Esperanza, A.C. ubicado en la colonia Benito Juárez, por acusaciones de abuso sexual a una menor de edad, y por un investigación de otros dos casos de niñas albergadas.

Apenas en febrero de 2023, Louis Whitaker, conocido animador en Puerto Vallarta, cuyo nombre real es Wyatt Maxwell, fue detenido y llevado a Estados Unidos donde enfrenta cargos por producir pornografía infantil. Como Louis Whitaker era muy conocido en la ciudad donde presentó varios shows en cabarets y pequeños teatros locales.

Uno de los casos más indignantes ocurrió en 2020, cuando una niña de diez años fue abusada sexualmente por un funcionario municipal de Puerto Vallarta. El individuo fue sorprendido «in fraganti» en su vehículo, con la menor desnuda y sometida.

Aunque se esperaba que se hiciera justicia, las autoridades en un principio sorprendentemente decidieron no procesar al culpable, generando una gran indignación en la comunidad. Al final el funcionario fue procesado y declarado culpable.

Asimismo, en Puerto Vallarta se ha descubierto la existencia de redes locales dedicadas a la explotación sexual infantil. Estas organizaciones de chóferes de transporte público y vendedores ambulantes aprovechan la vulnerabilidad de niñas entre 13 y 17 años, privándolas de su libertad por períodos de tiempo y obligándolas a ofrecer servicios sexuales a turistas y locales.

Esta realidad es especialmente alarmante, ya que Puerto Vallarta ha sido señalada como uno de los destinos turísticos más afectados por este delito.

La omisión de las autoridades

Lamentablemente, se ha evidenciado una omisión por parte de las autoridades en la atención de la problemática del turismo sexual infantil en Puerto Vallarta.

Informes de 2019 de la Comisión Estatal de Derechos Humanos Jalisco (CEDHJ) han señalado la falta de acciones necesarias por parte de las autoridades para cumplir con los requerimientos de la alerta de género en la ciudad.

Esta falta de respuesta adecuada pone en riesgo a las niñas, niños y adolescentes y exige una rendición de cuentas por parte de las autoridades responsables.

Acciones de la sociedad civil

Ante esta problemática, la sociedad civil ha emprendido acciones para hacer frente al turismo sexual infantil en Puerto Vallarta.

A finales de 2022, la Secretaría de Turismo y la Asociación de Empresarios dé Bahia de Banderas y Puerto Vallarta firmaron convenio para la erradicación de la trata, la prostitución y la pornografía Infantil en La ciudad de Puerto Vallarta; delitos que ponen a la ciudad en el foco rojo a nivel mundial.

También se han establecido oficinas exclusivas para la atención y denuncia de este delito, y se han promovido campañas de concientización y prevención. Sin embargo, es necesario fortalecer estas acciones y garantizar que se implementen de manera efectiva y sostenible.

Una realidad que pocos quieren ver

El turismo sexual infantil en Puerto Vallarta es una realidad que no puede ser ignorada ni minimizada. La situación local exige una atención inmediata y acciones efectivas por parte de las autoridades y la sociedad en su conjunto.

Es fundamental combatir la impunidad, promover la denuncia, fortalecer la protección de los derechos de las niñas, niños y adolescentes, y generar conciencia sobre esta problemática. Solo a través de un esfuerzo conjunto y decidido podremos erradicar el turismo sexual infantil y garantizar un entorno seguro para las generaciones futuras en Puerto Vallarta.