Por Lulú Mendonza

A medida que las campañas en Puerto Vallarta llegaron a su cierre, el panorama electoral nos ha ofrecido un espejo de las fortalezas y debilidades de nuestros candidatos. Tras dos meses de competencia encarnizada entre Chuyita López de Morena, Ramón Guerrero de Movimiento Ciudadano y Luis Munguía del Partido Verde, las cartas están sobre la mesa y el juego político ha revelado sus cartas más críticas.

Luis Munguía: Popular pero no Movilizado

A pesar de brillar en los medios de comunicación y las redes sociales, Luis Munguía parece estar destinado a un tercer lugar si las predicciones no fallan. Su campaña, si bien ganadora en el discurso digital y de boca en boca, ha carecido de la movilización territorial necesaria para asegurar la victoria. La falta de brigadistas y presupuesto para operaciones esenciales ha dejado a su equipo cojeando hacia la línea de meta, poco preparados en cuanto a representantes generales y de casilla. La movilización de votos simplemente no es lo suyo, aunque los votantes estén ahí.

Ramón Guerrero: La Resiliencia de la Experiencia

Por otro lado, Ramón Guerrero ha mostrado que la experiencia y el colmillo político son activos invaluables. Después de un comienzo titubeante, su campaña tomó fuerza con la visita de Maynez, demostrando un conocimiento profundo de la operación política que solo viene con haber sido presidente municipal. Su cierre de campaña, el más concurrido según los gráficos, es testamento de una estrategia de movilización territorial que realmente ha sabido cómo ‘traer con qué’.

Chuyita López: Navegando entre Altos y Bajos

Chuyita López, la candidata de Morena, ha tenido una travesía de altos y bajos. Su campaña ha sido cuidadosa, manteniendo una narrativa de victoria constante y una movilización territorial basta y precisa. Sin embargo, el desgaste natural del gobierno en turno plantea un reto considerable, con el potencial de un electorado inconforme pasándole factura el día de la jornada electoral. El reto para Morena será cómo traducir su estrategia territorial en votos efectivos, algo que bien podría inclinar la balanza en su favor o dejarla a merced de las sorpresas.

La Sorpresa Esperada

A medida que nos acercamos al día D, la pregunta que flota en el aire es si el futuro político de Puerto Vallarta se decidirá dentro de los márgenes esperados o si habrá lugar para una última sorpresa que podría redefinir el tablero electoral. La danza de los votos está por comenzar y, en este baile, cada paso cuenta.

En definitiva, este cierre de campañas no solo marca el fin de un ciclo electoral, sino que también plantea interrogantes sobre la efectividad de las estrategias empleadas y el verdadero pulso de la calle. Puerto Vallarta merece líderes que no solo dominen el arte de la campaña, sino que también sepan movilizar el espíritu y las esperanzas de su gente.